Desde la reserva Wanha’ la ciencia abre puertas a proyectos de estudiantes de la UJAT
En la Reserva de la Biósfera Wanha’ en Tabasco, la ciencia abre puertas a proyectos de investigación de estudiantes de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), además de representar un espacio trascendental para la conservación de ecosistemas únicos en México y el mundo.
Así reflexionó el profesor investigador de la División Académica de Ciencias Biológicas (DACBiol), Carlos Manuel Burelo Ramos, durante la entrevista realizada para el programa de TV UJAT “La Ciencia está en los detalles”, con el tema "La reserva escondida: Wanha'".
Explicó que esta reserva, ubicada en los municipios de Balancán y Tenosique, protege más de 38 mil hectáreas de manglares interiores, selvas y humedales que poseen una riqueza ecológica aun desconocida, lo que ha favorecido la realización de tesis de nivel licenciatura y maestría, lo que consolida a la máxima casa de estudios, como una universidad que liderea los estudios de esta reserva como muestra de compromiso con el desarrollo sostenible y la conservación ambiental.
Destacó que la propuesta de decretar como Área Natural Protegida nace de la Universidad y fue respaldada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la CONANP, por lo que la colaboración institucional fue fundamental para lograr este resultado.
Según señaló, esta iniciativa fue posible gracias a una labor constante de investigación, gestión y colaboración entre instituciones académicas, gubernamentales y sociales, culminando en un decreto presidencial publicado en el Diario Oficial de la Federación.
El también responsable del Laboratorio de Manglares Interiores de la DACBiol, recordó que sus investigaciones dieron inicio cuando comenzó a estudiar el ecosistema del Río San Pedro y detectar la presencia de un manglar relicto de más de 125 mil años, ubicado a más de 100 kilómetros del mar, desarrollándose en agua dulce, un fenómeno extraordinario en términos ecológicos, biogeográficos y geológicos.
Explicó que estos manglares interiores, adaptados a condiciones de agua dulce y alejados de su hábitat costero habitual, ofrecen una ventana única al pasado geológico y biológico de la región.
El impacto social de la reserva señaló, es igualmente relevante, en donde las comunidades locales, como las de Balancán y Tenosique, han sido partícipes del proceso y han recibido capacitación y acompañamiento en educación ambiental, monitoreo participativo y conservación, por lo que ahora los habitantes conocen y valoran su entorno, pero ahora cuentan con herramientas científicas y legales para protegerlo de manera más efectiva.
Para cerrar el programa, el Biólogo y Doctor en Sistemática, comentó que los estudios liderados por la UJAT documentaron no solo la antigüedad del ecosistema, sino también su fragilidad frente a amenazas como el cambio de uso de suelo y el cambio climático, lo que justificó su protección bajo la categoría de reserva de la biosfera.
05-06-2025/ ADS